Autumn Castle

Autumn Castle

viernes, 3 de abril de 2009

Cosas bien hechas

Las noches de insomnio son perfectas para darle vueltas a las cosas sin llegar a ninguna conclusión, acto que si se repite con demasiada frecuencia causará, inevitablemente, nuevas noches insomnes con naturaleza recriminatoria que ampliarán el número de preguntas que no emparejan con ninguna respuesta formulada entre la una y las cinco de la mañana, de forma exponencial.

Dicho proceso nos lleva a preguntarnos qué jurado nos condenaría si le grabáramos la palaba imbécil a un susodicho - cómodamente atrincherado tras un título oficial – con un cúter, en la frente; o si la incompatibilidad de caracteres es causante de la idiosincrasia de uno mismo, o la idiosincrasia de uno causante de la incompatibilidad de caracteres. Circunstancias especialmente decadentes pueden llevar a la reflexión y cuestionarse que, si la vida es una obra de teatro, cómo cojones se despide al guionista.

Particularmente repelente es el momento en que la fantasía justiciera se apodera de la cabeza del afectado e inventa torturas chinas para toda clase de elementos subversivos, estado que dura exactamente tanto como el tiempo que podemos estar escuchando chistes macabros antes de tener deseos de protagonizar uno.

En un momento de lucidez minimalista, el sujeto se pregunta si escucha música pop porque está deprimido, o está deprimido porque escucha música pop. Es en ese preciso instante cuando cae en la cuenta de que lleva días escuchando rock, y no pop y que la sentencia que ha formulado inmediatamente antes es en realidad una de las frases más memorables de la película Alta Fidelidad.

Uno se pregunta, en fin, porqué no habrá pedido una copa con doble de lo que sea.
Y por qué no le habrá grapado al imbécil la lengua a la cara.

jueves, 2 de abril de 2009

La canción del mes - "Todos somos capitanes", de RevólveЯ

Todos somos capitanes

Cuando no tenía claro a que puerto dirigirme,
cualquier viento que soplara nunca era a mi favor.
Cuando el mar se muestra en calma, todos somos capitanes,
pero cuando se agiganta, nadie se agarra al timón,
pero cuando se agiganta nadie se agarra al timón.

Mi fianza de tristeza la pagué
hace tanto tiempo que ya no me quedan ganas
de luchar por la razon,
brindo por la lucidez que me regalan
los años y por tanto desengaño.

En el sitio más profundo del peor de los caminos
entre ninguna parte y el olvido,
yo fui ese animal herido que se cosió descosidos
y se remendó la piel.

Ay, ay, ay...
Ay, ay, ay...

Mis reservas de confianza, las guardo en alguna parte,
lástima que no recuerde dónde las pude dejar.
Tres anillos llevo anclados alrededor de mi cuello,
que me cuelguen si es por ellos,
que por nadie lloro más.

Convertí lo que más quise en un triste molinero,
y se estamparon los huesos de este pobre pecador,
que falto de fe y ateo más merece ir al infierno
que tener piso en el cielo,
la experiencia, la tristeza, comprender apena el alma,
y por más que me escabulla
no me escapo de esta piel
que me conserva la sangre justo a su temperatura
pero no sirve de nada ante tanta estupidez

Todos somos capitanes,
todos somos capitanes,
todos somos capitanes,
todos somos capitanes...

Tres anillos llevo anclados alrededor de mi cuello
que me cuelguen si es por ellos que por nadie lloro más.

Ay, ay, ay...
Ay, ay, ay...

Todos somos capitanes,
todos somos capitanes,
todos somos capitanes,
todos somos capitanes...



Podéis escuchar esta canción vía Youtube.

Pese a que en un primer momento me pasó sin pena ni gloria, haberle dado una segunda oportunidad al último disco de RevólveЯ, 21 gramos, ha sido todo un acierto. Con unos ritmos que recuerdan poderosamente a 8.30 A.M y con un aire totalmente intimista, derrotista y amargo, pero reflexivo y sereno, un fondo con aroma a jazz que nos recuerda a sus mejores canciones en los Básicos 1 y 2. Todos somos capitanes es un ejemplo perfecto de lo que explora este álbum.

Ay, ay, ay...